El origen

Los primeros monjes y conversos que vinieron a habitar el monasterio procedían, por decisión del infante, de la cartuja de Scala Dei. Esta primera comunidad se debió de acomodar en las edificaciones que existían con anterioridad a la fundación; es decir, en las tres masías compradas por el infante. En ellas se instalaría la conreria y el horno, instalaciones que conservarían su función hasta la exclaustración. Estarían situados frente a la iglesia de San Martín.

El 7 de enero de ese mismo año Pedro IV se instituía fundador de Valldecrist, con tal de garantizar el carácter real de la fundación; siendo don Martín infante ofreció a su padre el privilegio de ser fundador de la cartuja. A partir de este momento se empezó a construir la iglesia de San Martín y se dio orden de que se labrase un claustro, al que se llamó de los frailes, y que se construyeran en él seis celdas; además de una celda para él (que se conservó hasta 1835) y otra para su esposa (convertida más tarde en sastrería), cerca del salón de la conreria y del horno; es decir, frente a la iglesia.