Iglesia Mayor y atrio

Iglesia Mayor

D-R-Iglesia-mayor

Una vez coronado rey, Martín decide dotar a su fundación de mayores medios y recursos y de un programa arquitectónico más acorde con la categoría de su benefactor. Se inicia así la obra de la iglesia mayor que quedaría consagrada a la Virgen María: Nuestra Señora de la Valldecrist o Santa María de Valldecrist. Bajo la dirección del conrer, Dom Bernat Çafàbrega, intervienen  diferentes maestros en su construcción, entre otros, Pedro Terol, Miquel García y los maestros Biulaygua y Baldomar, sin poder precisar en qué zona actuó cada uno de ellos. La primera piedra se debió de colocar a finales de abril de 1405.

 

La obra se concluyó en 1433, aunque ya en 1426, el P. Maresme encargó la sillería para el coro, que fue traída de Flandes. Su nave era única, sin capillas, ejecutada en estilo gótico valenciano, con muros muy gruesos y sin contrafuertes. Con bóveda de crucería cuyos nervios tal vez apoyaban en ménsulas con decoración floral. Tenía un óculo en su fachada principal centrado con la puerta tardogótica. Su cubierta era plana, desaguando por gárgolas laterales que conducían el agua hasta el suelo.

 

Los monjes del claustro, los padres, accedían por una puerta abierta en el corredor septentrional, que conectaba directamente con la clausura y los hermanos lo hacían a través de una puerta situada en la capilla de Santa María Magdalena. Como suele ser frecuente en otras cartujas, existían dos coros separados: el de los padres y el de los hermanos. En este último, según algunos autores, había una capilla con un altar presidido por un Niño Jesús con el globo terráqueo sobre las manos, obra de Nicolás Camarón.

 

En 1634, Martín d’Orinda derribó la bóveda de crucería gótica y elevó su altura, construyendo una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones y decorada con yeserías policromadas. Reformó y enmarcó las ventanas ojivales con molduras y cornisas. El pavimento cambió el solado y se revistieron las paredes del trasagrario, presbiterio y parte del coro de los padres con un zócalo de azulejos.

 

A ambos lados del presbiterio y excavadas en los muros, se localizaban las arquetas funerarias de Jaime, Juan y Margarita, los hijos del rey Martín. Esta reforma supuso el cambio del retablo gótico que hasta hace poco tiempo se identificaba con el de  Nuestra Señora de los Ángeles y de la Eucaristía, ca. 1454, de Joan Reixach que se conserva sin predela en el Museo Catedralicio de Segorbe por el grandioso retablo romanista del entallador Juan Miguel Orliens, instalado en la parroquial de San Miguel Arcángel de Altura, tras la exclaustración.

 

En 1665 Joan Claramunt construyó la cúpula y la linterna con tambor, sustentada sobre pechinas esculpidas con motivos heráldicos y decoró la media naranja con esgrafiados. También fue el encargado de levantar un nuevo campanario recayente al claustro de San Jerónimo, que se mantuvo en pie hasta finales de la década de los cincuenta del siglo XX. Ahí también se situaba la Capilla de San Bruno, a la que se accedía a través de una puerta construida en esviaje.

 

ATRIO

La iglesia mayor presentaba delante de su portada un atrio formado por tres grandes arcos de medio punto, siendo el central mayor que los laterales. Con sus paredes almohadilladas y cuatro columnas sobre pedestales adosadas a su cara delantera y coronadas por sendas bolas de claro recuerdo herreriano, tenía los arcos extremos frontales y laterales cerrados por un antepecho. Esta configuración se realizó, seguramente, en el segundo tercio del siglo XVII (durante la reforma clasicista de 1633 o 1665) sobre el primitivo atrio hecho en 1522 por Miguel de Magaña, del que sólo quedó su compleja bóveda tardogótica.

 

Protegido por el atrio y excavado en el muro de la iglesia se encontraba el grupo escultórico de argamasa, cuyos restos mutilados aún pueden apreciarse hoy en día. Esculpido seguramente en la primera década del siglo XVIII por Nicolás de Bussy o algún miembro de su círculo estilístico, se trata de una Sacra Conversazione en la que aparecen San Juan Bautista (patrón de la orden), la Virgen con el Niño y San Bruno (fundador). Bajo el grupo, se conservan los escudos heráldicos de Martín I y de María de Luna y en las ménsulas que soportaban el arranque de los arcos de la bóveda se distinguen dos elementos del tetramorfos ( león= San Marcos; ángel = san Mateo).

- Protegido por el atrio y excavado en el muro de la iglesia se encontraba el grupo escultórico de argamasa, cuyos restos mutilados aún pueden apreciarse hoy en día. Esculpido seguramente en la primera década del siglo XVIII por Nicolás de Bussy o algún miembro de su círculo estilístico, se trata de una Sacra Conversazione en la que aparecen San Juan Bautista (patrón de la orden), la Virgen con el Niño y San Bruno (fundador). -