Recuperación de la memoria
La destrucción de Valldecrist prosiguió de manera imparable hasta la mitad del siglo XX. La espadaña del campanario, de la que tenemos constancia fotográfica y visual, fue dinamitada a finales de la década de los 50 para construir con su cantería un muro de contención.
En la sesión plenaria mensual del mes de mayo de 1955, la Diputación de Castellón acordó la compra de la cartuja, aunque dicho acuerdo solo se cumplió parcialmente, pasando a domino público la iglesia de San Martín, las capillas y claustro de San Jerónimo y parte de la Iglesia Mayor. El arquitecto Vicente Traver redactó un proyecto de restauración que nunca fue ejecutado.
En 1966 se realizó una primera intervención en San Martín, reconstruyendo algunas bóvedas tabicadas, sin afectar a las arcadas de crucería. Se cerraron las tribunas de los reyes y se lucieron con mortero de cemento los muros interiores y exteriores del edificio. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Francisco Segarra Bel.
Por Resolución de 10 de febrero de 1984 ( DOGV de 8 de marzo) el Consell de la Generalitat Valenciana declaró la cartuja de Valldecrist Monumento Histórico-Artístico y el 26 de septiembre de ese mismo año, la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència encargó a Enrique Martín Gimeno la redacción del Estudio previo de la Cartuja de Valdecristo que tenía como objetivo documentar, levantar planimetría, detectar patologías y plantear propuestas de intervención.
A partir de ese momento se inician una serie de actuaciones complementarias, como excavaciones y proyectos de consolidación, que seguían las directrices marcadas en el citado estudio.
En 1990 la Generalitat adquirió la mayor parte del cenobio y en 2009 la Diputación de Castellón compró el terreno que faltaba, pasando todo a dominio público.
La celebración en abril de 2003 del Congreso Internacional sobre las Cartujas Valencianas, realizado en El Puig (donde se ubica la cartuja de Ara Christi), aunque contó con actos en Valldecrist (Altura) y Porta Coeli (Serra), sirvió para remover conciencias y para reactivar el movimiento ciudadano en defensa de la cartuja, que ya había aflorado en varias ocasiones en el último tercio del siglo XX.
Meses después del congreso fue creada la Asociación Cultural Cartuja de Valldecrist, que proclama, con cierta solemnidad en su documento fundacional que “nace con la decidida voluntad de preservar del olvido y rescatar del estado de abandono en el que se encuentra el que fuera uno de los monasterios más esplendorosos de la Orden de la Cartuja”.
El 12 de enero de 2007 Valldecrist fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de documento.
Los sucesivos proyectos de consolidación y reconstrucción del espacio arquitectónico, las investigaciones y trabajos especializados y la actividad cultural en torno a la Cartuja de Valldecrist se ha ido sucediendo en la última década manteniéndose vivo el interés del que es uno de los monumentos más importantes del patrimonio histórico-artístico valenciano.
Los sucesivos proyectos de consolidación y reconstrucción del espacio arquitectónico, los trabajos e investigaciones especializados, así como la actividad cultural generada en torno a la Cartuja de Valldecrist se han ido sucediendo en la última década, y han servido para mantener vivo el interés por uno de los monumentos más importantes del patrimonio histórico-artístico valenciano.